“Vayamos a Belén y veamos lo que ha sucedido y que el Señor nos ha anunciado” (Lc. 2, 15)
Queridos hermanos y hermanas:
Les deseamos una muy feliz Navidad compartiendo la alegría de los Pastores que se animaron mutuamente a ser “peregrinos” y fueron al encuentro del “Niño recién nacido, acostado en un pesebre”.
El anuncio del Ángel a los pastores insiste en destacar la fragilidad: se trata de “un niño”, además “recién nacido”, como todos “envuelto en pañales”, como ninguno “acostado en un pesebre”. Sin embargo, esa fragilidad del Niño, parece ser la fuerza que mueve a los pastores en su peregrinación al pesebre.
Esta “peregrinación de los pastores” mueve nuestros corazones en este camino de Adviento en preparación a la Navidad. Y a la vez, nos invita a recibir el mensaje del Papa Francisco para el Año Jubilar 2025, cuyo lema es “Peregrinos de Esperanza”.
Como ellos, nosotros, hoy estamos llamados a ser “Peregrinos de la Esperanza”. Conscientes de nuestras fragilidades, pero dispuestos a salir de toda sombra de oscuridad, y con la mirada puesta en los signos de esperanza que encontramos en nuestras comunidades y en el corazón sencillo de nuestro pueblo:
Signo de esperanza es la alegría de tantos jóvenes de nuestras comunidades que estudian, trabajan, se esfuerzan y desarrollan sus talentos en tantas disciplinas de la actividad humana y dan testimonio auténtico de ser “peregrinos
de la esperanza”.
Signo de esperanza es el compromiso de tantos hermanos y hermanas que se “consagran” a la solidaridad y a la promoción humana de quienes están en situación de pobreza o de vulnerabilidad. Desde Cáritas, los Hogares de Cristo, y tantas otras organizaciones católicas, de otras confesiones o no confesionales, con su tarea silenciosa pero notoria, nos convocan diariamente, a actuar como “peregrinos de la esperanza”, iluminados por el testimonio de Don Zatti.
Signo de esperanza es la creciente valoración de la vida de toda persona, que en nuestras tierras patagónicas se hace fuerte, por ser una “tierra de peregrinos, en busca de una esperanza”. Valoración que se ve en la integración creciente de las culturas, y en el cuidado y respeto de la vida humana. Un signo muy fuerte de esta riqueza, está en los modelos de santidad que Dios ha suscitado en nuestras tierras. Tanto Laura Vicuña como Ceferino Namuncura, expresan la santidad “por lo que son”, más que por lo que hicieron. Con ellos, y como ellos, podemos ser “peregrinos de la esperanza”.
Otro signo de esperanza es la conciencia, cada vez mayor, que nuestro pueblo tiene del cuidado de la Casa Común. El amor por la tierra, tan característico de nuestro pueblo patagónico, es la fuerza que mueve al cuidado de sus riquezas y de sus bellezas. El deseo de ser una sociedad fraterna e inclusiva, integrada armónicamente a la Casa Común, nos puede llevar a ser “peregrinos de la esperanza” para las futuras generaciones.
Nos dice el Papa Francisco en el documento “La Esperanza no defrauda”: “Sí, necesitamos que “sobreabunde la esperanza” (cf. Rm 15,13) para testimoniar de manera creíble y atrayente la fe y el amor que llevamos en el corazón; para que la fe sea gozosa y la caridad entusiasta; para que cada uno sea capaz de dar aunque sea una sonrisa, un gesto de amistad, una mirada fraterna, una escucha sincera, un servicio gratuito, sabiendo que, en el Espíritu de Jesús, esto puede convertirse en una semilla fecunda de esperanza para quien lo recibe.”
Aceptemos esta invitación del Papa Francisco para hacer que en esta Navidad «sobreabunde la esperanza”.
P.O. Roberto Pío Álvarez, Diócesis de Rawson
P.O. Juan Carlos Ares, Diócesis de San Carlos de Bariloche
P.O. Alejandro Pablo Benna, Diócesis de Alto Valle del Río Negro
P.O. Fernando Martín Croxatto, Diócesis de Neuquén
P.O. Esteban María Laxague, Diócesis de Viedma
P.O. Ignacio Damián Medina, Diócesis de Río Gallegos
P.O. José Slaby, Prelatura de Esquel
P.O. Jorge Luis Wagner, Diócesis de Comodoro Rivadavia
P.O. Fabián González Balsa, Auxiliar de la Diócesis de Río Gallegos
P.O. Virginio Domingo Bressanelli, Emérito de la Diócesis de Neuquén
P.O. Joaquín Gimeno Lahoz, Emérito de la Diócesis de Comodoro Rivadavia
P.O. Néstor Hugo Navarro, Emérito de la Diócesis de Alto Valle del Río Negro
P.O. Juan Carlos Romanín, Emérito de la Diócesis de Río Gallegos