La provincia del Neuquén rezó por el Papa Francisco

Bajo el lema “Francisco, Neuquén reza por vos”, se proyectó en la histórica capillita Nuestra Señora de los Dolores un mapping del Papa Francisco.

Durante tres noches seguidas, la fachada de la histórica capillita Nuestra Señora de los Dolores (hoy Casa de la Misericordia), se iluminó con imágenes y videos del Papa Francisco, en una proyección audiovisual que combinó luz, color y movimiento (técnica conocida como mapping).

Bajo el lema “Francisco, Neuquén reza por vos”, la proyección fue símbolo de oración y cercanía con el Santo Padre, pidiendo por su salud y fortaleza; un gesto que se suma a la oración que la comunidad neuquina viene sosteniendo por el Papa Francisco, como signo de cercanía y unidad en la fe.

Cabe recordar que el Papa Francisco visitó nuestra ciudad en 2009, siendo entonces cardenal Jorge Bergoglio, dejando su huella con palabras de cercanía y humildad que aún resuenan en nuestra comunidad.

De este modo la historia de la capillita Nuestra Señora de los Dolores, que hoy es un emblema para la ciudad de Neuquén, se sigue escribiendo como testigo de la fe de un pueblo que camina junto al Papa Francisco, con oración y esperanza

La histórica capillita Nuestra Señora de los Dolores

La Capillita Nuestra Señora de los Dolores, está ubicada al lado de la Catedral María Auxiliadora – en Avenida Argentina 150-, de la ciudad de Neuquén. Es el primer templo católico de la ciudad de Neuquén. Fue inaugurada el 12 de septiembre de 1907, convirtiéndose en testigo de los primeros bautismos, casamientos y comuniones del poblado naciente.

Fue construida con fondos recolectados por la Comisión de Beneficencia, fue dirigida por el Ingeniero Fernando Cerdeña. En 1995, fue declarada Patrimonio Histórico de la ciudad. La capilla alberga una rica historia vinculada a los pioneros neuquinos, siendo símbolo del legado espiritual y cultural de la comunidad.

Actualmente este espacio sigue siendo emblemático, no solo por su valor histórico, sino porque es la Casa de la Misericordia, donde se pone en práctica aquello que el Papa Francisco nos viene pidiendo: “mirar al hermano que está caído”. Allí, cada mañana se brinda un desayuno a las personas que se encuentran en situación de calle, ofreciendo no solo alimento, sino también un gesto de cercanía y dignidad.

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