1° de Mayo

Día del Trabajo

Mensaje del padre obispo Fernando M. Croxatto

En este día que celebramos al José carpintero, al José obrero −y en este año que el Papa Francisco quiso dedicarle a él− no podemos dejar de poner bajo su protección a todos los hombres y las mujeres abarcados en esta dimensión de la persona. El trabajo es un ‘bien arduo’ decía Santo Tomás de Aquino y hoy lo es, no solo por el trabajo en sí, sino por la realidad social en la que estamos insertos, con tanta precariedad, distorsión, manipulación e injusticias de las que sobran ejemplos en el presente diario de nuestra realidad nacional y provincial.

Es bueno recordar lo que nos decía San Juan Pablo II en su escrito sobre ‘el ejercicio del trabajo’*. “El valor del trabajo humano no es en primer lugar el tipo de trabajo que se realiza, sino el hecho de que quien lo ejecuta es una persona, y a través del trabajo deben multiplicarse sobre la tierra no sólo «los frutos de nuestro esfuerzo», sino además «la dignidad humana, la unión fraterna, y la libertad».

El cristiano que está en actitud de escucha de la palabra del Dios vivo, uniendo el trabajo a la oración, sepa qué puesto ocupa su trabajo no sólo en el progreso terreno, sino también en el desarrollo del Reino de Dios, al que todos somos llamados con la fuerza del Espíritu Santo y con la palabra del Evangelio.

Llegue mi saludo cordial a todas las personas que con su trabajo construyen una sociedad y buscan el bien común y mi cercanía y oración especialmente para quienes salen en búsqueda del mismo, por su fortaleza, paciencia y esperanza.

Con mi bendición,

Fernando M. Croxatto

*Laborem Exercens (1981)

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